La Sábana Santa de Turín es considerada por muchos el sudario que envolvió el cuerpo de Jesús de Nazaret, aunque para los escépticos no pasa de ser un mero artículo religioso de interés histórico. Este sudario ha cautivado desde siempre a estudiosos y científicos por igual debido a su misteriosa naturaleza. Ahora, nuevas pruebas de ADN se unen a las numerosas investigaciones que han intentado profundizar en los extraños y misteriosos orígenes de esta reliquia.
El lienzo, una pálida sábana de lino de aproximadamente 4,5 metros (14 pies) de largo, podría ser considerada de escaso interés de no ser por sus características manchas de color pardo-rojizo sobre su superficie. La imagen de un hombre estirado con las manos cruzadas se adivina sobre la tela, con las vistas frontal y posterior de la cabeza encontrándose justo en medio del sudario, lo que sugiere que envolvió un cadáver desnudo por ambos lados, de la cabeza a los pies. Las imágenes del lienzo revelan incontables y terribles heridas en el cuerpo, cuchilladas, carne arrancada, perforaciones y marcas de azotes. Estas huellas indican para los defensores de la autenticidad de la Sábana Santa la evidencia de la crucifixión y la descripción bíblica de la muerte de Jesús.
La Historia Oculta de la Sábana Santa
El registro histórico sitúa la Sábana Santa cronológicamente a principios del siglo XIV. Los estudiosos debaten su posible existencia antes de 1390, definiendo el período anterior como “muy turbio.” Incluso en la época medieval ya hubo discusiones acerca de la autenticidad del sudario, con escritos cruzados entre diferentes autoridades eclesiásticas en los que se daba a entender que era un fraude. No obstante, los historiadores plantean la posibilidad de que varios de estos ‘sudarios’ estuvieran en circulación por aquel entonces, y que las acusaciones de fraude podrían no tener nada que ver con el lienzo que se encuentra a día de hoy en la catedral de Turín.
La existencia de este sudario está bien documentada desde el siglo XV. Fue transferida formalmente a la Casa de Saboya en 1453, y sufrió daños en un incendio. En diversos momentos de la historia se le han aplicado diferentes parches y arreglos. En el siglo XVII se encontraba en una capilla, pero no fue hasta 200 años más tarde cuando se expuso públicamente, y se fotografió por primera vez.
Fueron estas fotografías las que provocaron que el sudario dejara de ser una simple reliquia para convertirse en una auténtica sensación. Las fotos no parecían demasiado interesantes por sí mismas, hasta ver los negativos, tras lo cual una detallada imagen de un hombre con barba y cubierto de heridas se hizo claramente visible. Se había sospechado hasta entonces que las manchas y las imágenes habían sido pintadas sobre el lienzo de lino por algún artista en cierto momento de su historia, pero el descubrimiento de la imagen detallada de un cuerpo plasmada sobre la tela obligó a replantear estas teorías drásticamente, y convenció a muchos de que las imágenes eran producto del contacto del sudario con un cadáver humano real. Algunos cristianos creen que la imagen fue proyectada del cuerpo de Jesús a la tela gracias a una emisión de “luz divina” o “energía” tras su resurrección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario